AGRICULTURA O MINA
Más de dos mil personas venidas del mundo rural se dieron cita en Salamanca el domingo 26 de noviembre para reclamar el derecho a vivir de la agricultura y ganadería en su entorno, como lo han venido haciendo sus ascendentes durante miles de años.
El proyecto de una mina de uranio a cielo abierto terminará con un medio de vida y medio rural tal y como hemos conocido hasta ahora, sirva como ejemplo la tala de una gran cantidad de encinas centenarias en cuestión de horas, uno de los mayores atropellos medioambientales de los últimos años en aras a no sabemos qué? Cuanto? Ni porque? Y que ha contado con el beneplácito y apoyo de las administraciones, las mismas que en su actitud sancionadora son capaces de arruinar a agricultores y ganaderos por hacer un desmoche u olivo (un beneficio para la encina) y haber cometido algún error en los trámites burocráticos. No olvidemos que quienes hemos gestionado los encinares durante años no somos oficinistas, somos profesionales que aprendimos de nuestros antecesores, la sabiduría y profesionalidad en los cuidados del monte, para que hoy la sociedad pueda disfrutar de un árbol emblemático del paisaje rural de esta tierra.
¡Hartos! de escuchar mensajes de los gobernantes en favor del desarrollo rural, relevo generacional, mantenimiento de la población en los pueblos, agenda de la población etc.
Qué gran oportunidad están perdiendo para ponerse de lado de los agricultores y ganaderos, los verdaderos artífices del desarrollo social y económico del medio rural. Qué oportunidad de estar al lado de los vecinos de esos pequeños municipios, aunque solo haya cinco votos por Klm cuadrado. Qué oportunidad de estar al lado de María, Antonio, Joaquín, Elvira............, que se han dejado la vida en una zona de Salamanca, la comarca de Vitigudino, pero no, ya no se llevan los nombres castellanos. A nuestros dirigentes les gusta más los nombres venidos de fuera. Berkeley, un nombre guay, que vendrán por un periodo de tiempo corto, expropiarán las propiedades de los vecinos haciendo valer sus derechos adquiridos como concesionarios de las cuadrículas mineras, destrozarán toda la corteza vegetal y después de extraer el mineral se marcharán con un importante beneficio económico dejando atrás un desierto, un terreno improductivo y numerosas explotaciones agrícolas y ganaderas desaparecidas. En definitiva pierden los vecinos de una zona llena de limitaciones específicas y servicios y ganaran los accionistas de Berkeley y algún que otro traidor o corrupto que le hará el juego a este tipo de empresa por unas cuantas monedas.
No se debe renunciar al derecho de seguir ejerciendo la actividad agrícola y ganadera como principal actividad económica de la zona, agricultura: la cultura del campo, la cultura de la vida, cultivar, sembrar, producir, alimentar, frente a la mina: excavar, remover, extraer, minar: destruir poco a poco.
Allá por el año 50 A.C., Marco Julio Cicerón definió la agricultura como "la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre".
¡¡Que no nos roben la libertad!!
Aurelio Pérez es Coordinador Regional de la Alianza UPA-COAG.
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